martes, 19 de junio de 2012

LOS PECES NO CIERRAN LOS OJOS de Erri De Luca




Descubrir a Erri De Luca ( Nápoles, 1950), fue como divisar el Himalaya o pasear por Pompeya. Para mí comenzó una tarde con: " Aquí no, ahora no", allá por los años de 1989. Lo frecuentábamos un grupo de amigos nacidos en el mar, y lo hacíamos con la misma naturalidad con la que íbamos a la taberna del puerto. Al cabo, él era de mar; era Napolitano. Nunca nos hicimos más preguntas al respecto. No era un autor de prolijas frases inescrutables. En él todo era sensibilidad. Tal vez lo que encierran sus novelas sea un secreto de piratas. Eso nunca se sabe... 

Sea como fuere, lo cierto es que todos, en un momento u otro de nuestras vidas, viajamos a Nápoles y viajamos, además, con sabor a Erri De Lucca. Al regreso cada uno contó sus anécdotas. Pero ninguno habló del autor de sus secretos... Porque, sin duda, se trataba de algo más que un secreto. Callábamos un magnetismo que alcanzan muy pocos escritores. Callábamos la verdad acerca de la obra de Erri De Lucca. 

 Además, sus novelas nunca han dejado de ser un aliado, incondicional y discreto, en los días tormentosos. Y, también, han sido una caricia inmensa, cuando me ahoga la síntesis de amor y la falta de prodigalidad tierna, en que se instala el mundo; máxime cuando sabemos que nuestra biografía no despegará de las dos cifras. 

 Es por todo ello,  y por mucho más, que os propongo un sueño delicioso. Os invito a pasar el verano en una escondida y hermosa playa de Nápoles. Allí tendremos 10 años, nuestro primer cumpleaños de dos cifras. A esa edad ya somos lo que vamos a ser: "mitad lastre, mitad salvoconducto". Será un verano en blanco y negro; pero tendremos libros, mar, sol, barcos, juego sucio, juego limpio, los adultos tan cerca y tan lejos, noches de luna, noches sin luna, pescadores que nos enseñarán la certeza de la sentencia bíblica, y nuestro primer amor...

 ¡Disfrutad del "secreto pirata" de Erri De Luca, y no lo desveléis!


Os he seleccionado una parte "del mapa del tesoro"... ¡Suerte! 

 " Yo había llegado a los diez años, una maraña de infancia enmudecida" ( Pág, 11)

 " Se topa uno leyendo con frases sísmicas" (Pág, 40) " 


Caminaba inventándome que era invisible" ( Pág, 41)

 "Aquello era la más justa de las gracias, no alcanzada por plegaria alguna"(Pág,40)

" Hoy rebaño hasta la última luz del plato del horizonte" (Pág, 85) 

 " Era un niño malcriado por el aislamiento" ( Pág, 94)
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