miércoles, 26 de febrero de 2014

EL CONTADOR DE HISTORIAS de Rabih Alameddine



Escuchad. Dejad que hoy os cuente una hermosa historia. Era primavera, junto al Mediterráneo. Yo era inmensamente feliz. Sí, tenía una felicidad de esas que hacen sublimes todas las miserias, simplemente porque en tal estado no existen miserias. Y fue entonces cuando me regalaron "El contador de Historias" de Rabih Alameddine. No conocía al autor, ni por supuesto su obra, pero mi sonrisa, al ver el libro escogido para mí, se hizo más expresiva que cualquier alusión erudita. Y la novela se incorporó por derecho propio a mis castillos en el aire, y pasó a formar parte de aquella felicidad, que como todas las eternidades terrenales un día se esfumó. 

Pero de aquel entonces, quedó, entre otros, "El contador de historias", con su sabor a felicidad eterna. Es un libro más allá de cualquier consideración lógica. ¿Su dedicatoria era acaso una revelación? : "A Nicole Aragi, destructora de demonios, exquisita paloma". Deseo pensar que lo era... La novela fue el primer éxito literario del autor. ¿Esto también era una revelación? No lo sé... 

Lo cierto, es que las historias de aquel contador de historias, de aquel hakawati, son tan hermosas, tan a la medida de ninguna medida, que siempre que las releo me amarra su viento al mástil de un barquito de papel. Y recorro el mundo salpicando de olas las tierras del desierto. Las tierras de Damasco, del Líbano... y a  las gentes de esa cultura, de las Mil y una Noches, las miro y me miran. Y entonces sabemos que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. 

No os desvelaré lo que significan las palomas, ni os desvelaré lo que significa tirar una llave al mar... Descrubidlo, id a cualquier garito y escuchad al contador de historias. Prestad atención a sus silencios...  ¡Y dejad que su voz os proteja de los discursos estúpidos!

Os deseo que alguien os cuente una historia, y que sea el mejor hakawati el que os embelese con un cuento tan extraño, tan autentico, tan maravilloso y tan intrigante que os inunde el corazón, sin remedio, y sin querer ponerle remedio a tan hermosa enfermedad. Porque en las historias, como en la vida, lo importante no es la historia, sino cómo se cuenta. 

 ¡Qué las historias del hakawati, os miren de soslayo y os confundan entre sus lunas orientales! 


Acerca del argumento: 

 "En 2003, Osama al-Kharrat regresa a Beirut, tras muchos años en Estados Unidos, para visitar a su padre agonizante. Allí entra de nuevo en contacto con su infancia, con la traumática guerra contra Israel, pero sobre todo con la figura de su abuelo, un hakawati o contador de historias profesional. Sus historias —sobre su llegada al Líbano como huérfano de las guerras turcas— se mezclan con cuentos tradicionales del Medio Oriente reimaginados, desde Abraham e Isaac hasta Fátima. Como un verdadero hakawati, Rabih Alameddine nos brinda Las mil y una noches de este siglo: una novela divertida y cautivadora que encanta desde sus primeras líneas. Una novela de gran calidad literaria que mezcla los mejores ingredientes de la narrativa de aventuras con la actualidad de Oriente Medio"
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