jueves, 23 de octubre de 2014

LA LUZ ES MÁS ANTIGUA QUE EL AMOR de Ricardo Menéndez Salmón



Era una aciaga tarde de septiembre de 2010, en una estación de tren. Allí comencé a vislumbrar que, a lo peor, la inocencia era una falacia. Deambulaba ojeando libros. Y, de repente, la intuición compulsiva de la compañía de la letra impresa me llevó a: " La luz es más antigua que el amor". No despegué los ojos de ella hasta el último instante del trayecto. La novela jamás se desprendió de mí. Si bien, compartirla con vosotros ha llevado su tiempo. 
Porque el factor tiempo es el quid para comprender los adminículos de la luz. Y la luz existe soberana, más allá de que haya un sujeto que la contemple. Existió antes del amor y existirá después de éste. Y cierto es que: "cada epifanía leída palidece ante cada injuria sentida" 

 Hoy os invito a una gran obra, y con ella a viajar por la Europa del año 1350. Una Europa asolada por la hambruna, la enfermedad, la muerte y el miedo. Una Europa que apenas se está despertando de la pesadilla de la Peste Negra. El viaje lo haremos acompañando al futuro papa Gregorio XI, cuando hace una visita al pintor De Robertis con el único fin de destruir, por blasfema, su última obra: La Virgen barbuda. Seremos cómplices de un asesinato. 

Tras este viaje, que nos dejará sumidos en la invalidez reflexiva, cambiaremos de siglo. Es el 25 de febrero de 1970. El pintor Mark Rothko se corta las venas en su estudio de Nueva York. Ya no podía convocar a la luz, esconderse en ella. No pudo soportar la tensión dramática de la vida, aún sabiendo que el territorio de un artista, incluso de uno tan grande como él, es siempre el fracaso y la ruina de sus esperanzas. Fue devorado por un cuadro totalmente negro. Y poco antes de morir, proféticamente escribió:

" Mi capacidad de mirar es tal que mis ojos terminaran por consumirse. Y este desgaste de las pupilas será la enfermedad que me llevará a morir. Una noche miraré tan fijamente en la oscuridad que terminaré dentro de ella". Aquí seremos cómplices de un suicidio. 

Finalmente, el 11 de septiembre de 2001, el pintor ruso Vsévolod Semiasin redacta una carta en la que revela las razones de su locura... Aquí seremos cómplices de los censores.

 Al cabo, no somos nada, y sin embargo tenemos la palabra. Cuidad las palabras, porque redimen pero también condenan... 

¡Os deseo que la luz, esa luz más antigua que el amor, inunde vuestras vidas! 


 LO QUE SE HA ESCRITO ACERCA DE LA NOVELA 

 "La luz es más antigua que el amor" está concebida como una novela ensayo que aprovecha materiales de la novela histórica y se completa como metanovela que integra en su texto la narración de una historia (en realidad son tres), el comentario de algunos problemas superados en su gestación e incluso la autocrítica de sus intenciones y resultados. 

La novela está organizada en tres partes, cada una con su historia desarrollada en la primera sección en los tres casos y con un texto en contrapunto que compone la segunda sección, también en los tres apartados. Las tres historias abordan situaciones de tres pintores en algún momento problemático de sus vidas. Dos son inventados y uno real. Pero los tres ejemplifican la lucha del artista en radical búsqueda de nuevos hallazgos y la defensa de su obra frente a poderes externos. 

El pintor protagonista de la primera parte, Adriano de Robertis, vivió en la Toscana, defendió a muerte su cuadro heterodoxo de la Virgen barbuda, nacido de su rebeldía y dolor por la muerte de su hijo en la peste de 1348, y murió viejo entre la miseria de un lazareto veneciano. 
La segunda parte se centra en la vida y la obra de Mark Rothko, pintor letón afincado en Estados Unidos, que se suicidó en 1970 después de haber intentado llegar más lejos que nadie en la historia de la pintura. Y en la tercera parte se narra la vida errante del ruso Vsévolod Semiasin desde su Stalingrado natal, pasando por Francia e Italia, hasta su reclusión en 2005 en un psiquiátrico, donde se come sus lienzos en un loco intento por adueñarse de la pintura. 

 Son tres historias diferentes, que transcurren en épocas distintas, pero su narración está sometida a una estructura unitaria por la recurrencia de motivos temáticos y formales en las tres. El más importante es la narración fragmentada en tres apartados, cada uno de los cuales sigue al relato de la historia de cada pintor. 
Los tres fragmentos están protagonizados por el escritor Bocanegra: el primero en 1989, cuando en un instituto de provincias (puede ser Gijón), da sus primeras muestras de talento literario; en el segundo aparece Bocanegra en 2008, empeñado en “escribirlo todo” en su libro sobre Rothko e interrumpiendo su escritura por el dolor de la muerte de su segunda mujer; y en el tercero reaparece Bocanegra en 2040 recibiendo el premio Nobel y leyendo su discurso centrado en su novela La luz es más antigua que el amor. 

 Este cierre autocrítico da unidad estructural a tan disperso conjunto, cuya construcción fragmentaria y elíptica resulta unificada en lo fundamental por la reiteración temática en las tres investigaciones pictóricas y por los motivos recurrentes que pespuntean el texto de las tres: por ejemplo, la pesadilla toscana del castillo de Sansepulcro, donde vivió de Robertis, donde se refugió Semiasin y por el que Rothko se interesó en dos visitas a Italia, entre otros muchos nexos que salpican el texto". ÁNGEL BASANTA | 10/09/2010.
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