jueves, 15 de noviembre de 2012

LOS DÍAS DE ALEJANDRÍA de Dimitris Stefanakis



Hoy os invito a pasar unos días en la Alejandría de los primeros años del siglo XX. Con su bullicio, su historia y su decepción. Cuando la visité, hace ya algunos años, buscaba su Faro como si se tratara del más noble designio de mi vida. Estaba imantada por el fantasma de la legendaria Biblioteca, que había sido pasto de las llamas. Pero la realidad se impuso. Y no me he repuesto de aquella estremecedora pérdida. Y es que a veces los sueños es mejor no contrastarlos. 

 Con esta novela, sin embargo, ha vuelto a mí el sueño de Alejandría. Con su Cleopatra, su Faro y su Biblioteca. Una delicia de palabras envueltas en la muselina de unos tiempos tan revueltos como impredecibles.

 "Hay ciudades que nos recuerdan a una mujer inteligente y hermosa: fascinantes, imprescindibles, a menudo peligrosas, piden que alguien cuente su historia, evocando no solo los hechos sino también el sabor de su piel..." 

 Disfrutad de la piel de los sueños y dejaros vencer por el anhelo de regresar a ellos. 


 He seleccionado algunos fragmentos, con sabor a piel. 

 " La guerra y el comercio son los dos pilares de nuestra civilización" ( Pág, 15)

 " Por obra y gracia de un gusto delicado, el arte de Oriente y de Occidente armonizaban en un equilibrio perfecto" ( Pág, 34)

 " Su ego de Apolo no autorizaba más que la compañía de adorables muñecas, pero su narcisismo rechazaba la tiránica vanidad de las apariencias que observaba en las mujeres" ( Pág, 293)

  "Descubría cada día una nueva faceta de su personalidad, reprimida desde hacía muchos años por complacer a los demás y a la sociedad" ( Pág, 367)
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