martes, 23 de abril de 2013

LA CRUZ Y EL LIRIO DORADO de Fernando Fernán- Gómez







Hoy os invito al Fernando Fernán-Gómez, escritor. Todos sabemos de esa iconoclastia del "personaje-persona", que fue Fernando Fernán-Gómez. Y, detrás de la cual, me atrevo a asegurar, que se escondía una gran ternura, ternura que destila "Las bicicletas son para el verano", obra con la que obtuvo el Premio Lope de Vega en 1978. Todos sabemos que ha sido guionista de cine y televisión, director teatral y cinematográfico. Es en 1984 cuando empieza a precipitarse por los vericuetos de la novela. Ha escrito también libros autobiográficos, poemas y narraciones breves. En 1995 le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias. 

 A mi vida llegó, en su faceta de novelista, a través de un colega, un colega valiente, que, sabedor de mi afición a no devolver los libros, me lo prestó. Me prestó: " La Cruz y el Lirio Dorado" que, a su vez, lo había acompañado a él, durante una estancia en la ciudad de los Médecis y de los Pazzi, artífices de la trama. 

"La Cruz y el Lirio Dorado" la leí pausadamente, sin prisas, me recree en los acontecimientos narrados, intentando visualizar el corazón de los hombres cuando traicionan. Sí, me dejé llevar. Sin embargo, la novela estaba marcada por un significado aún mayor para mí: la propia ciudad de Florencia. Ligada a mi vida de un modo implacable. 

Y, hoy, todavía, el "libro prestado" no ha logrado salir de mi biblioteca...   
Y es que por un libro te puedes ver envuelto en mil peligros, entre ellos: el de hurtador profesional. 

¡Cuidaos de los libros! ¡Pero cuidaos bien! 



 Acerca del argumento: 


 En "La Cruz y el Lirio Dorado" Fernán-Gómez narra un hecho que marcó a la ciudad de Florencia: la conjura de los Pazzi. Y para ello se basa en las obras de tres grandes hombres, Poliziano, Maquiavelo y Alfieri; que ya escribieron en su día acerca de la conjura de los Pazzi. Poliziano lo hizo como testigo presencial en el siglo XV. Maquiavelo nos narra el hecho en su obra "Historias florentinas", en el siglo XVI, en la que los Médicis son víctimas de una de las mayores traiciones de la historia. Y por último Alfieri, ya en el siglo XVII, toma partido por los Pazzi, frente a la familia Médicis, a los que trata como los tiranos a los que había que derrocar. 

 La conjura consistía en acabar con la vida de Lorenzo y Giuliano de Médicis para devolver a Florencia la categoría de república, y una vez liberada la Signoria del poder de los Médicis, serían los hermanos Iacopo y Francesco de Pazzi los encargados de dirigir los asuntos florentinos. Los Pazzi aliados con el Papa Sixto IV, el cardenal Riario, sobrino del Papa (hijo, según las malas lenguas), y el obispo de Pisa.

  En la novela de Fernán-Gómez hay un personaje que cobra suma importancia, el padre dominico Maffei, que, sin intención, se ve envuelto en la conjura. Podemos considerar al padre Maffei como el protagonista de la novela, pues se va a convertir en la mano ejecutora de una crimen ideado por otros. Y es que la familia Maffei le debe mucho a la familia Riario, es por ello que el cardenal Riario le pide a Maffei que participe en la famosa conjura, y él, claro, no puede negarse. 

 A lo largo de la novela Fernán-Gómez nos cuenta cómo ha sido la vida de Maffei y cómo ha llegado a este punto. Así, llega una mañana de domingo de 1478, los Médicis se encuentran en misa en la catedral, Santa María de Fiori y en el momento de la consagración, en el que todo el mundo permanece con los ojos cerrados, dos dominicos, y los hermanos Pazzi se abalanzan sobre Giuliano y Lorenzo, alcanzan a los dos hermanos, pero Lorenzo logra llegar con vida a la sacristía, mientras que Giuliano es asesinado. 

 Han matado a Giuliano de Médicis, pero Lorenzo, apodado "el magnífico" ha sobrevivido, la conjura ha fracasado, y la ciudad de Florencia se lanza a las calles a la caza de los asesinos, los Pazzi, para darles muerte.
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