jueves, 4 de agosto de 2016

LOS MISERABLES de Victor Hugo



Hoy os invito a desprenderos de los agobios, de las prisas y de las algarabías, os invito a adoptar una predisposición especial, os invito a instalaros en un «dejarse llevar…» Os invito a una de mis novelas preferidas, una voluminosa narración plagada de excelentes personajes -marginados, depravados, verdugos, víctimas-, que hacen todo lo que pueden para sobrevivir en un contexto histórico zafio, desalmado y hostil. 

Os invito a «Los Miserables» porque al volver a sus páginas, después de muchos años, las he encontrado de plena actualidad. 

Es seguro que la mayoría de vosotros habéis leído la novela, en algún momento de vuestras vidas, o visionado alguna adaptación cinematográfica e, incluso, hayáis asistido a la representación del musical. Aún así «Los Miserables» os dará, siempre, nuevas claves para entender la deconstrucción de nuestro mundo, porque es una novela crítica, de denuncia social, que busca el perdón y la redención del ser humano hasta las últimas consecuencias. 
Los personajes, magistralmente descritos, son tipos que nos podemos encontrar hoy día a nuestro alrededor, en cualquier esquina de nuestra existencia. 

Leedla con sosiego, repensad las frases que aluden a los sentimientos más nobles aun mezclándose con la mezquindad. Dejad que os duela la condena por la comisión de un delito menor- delitos cometidos para llevarse un trozo de pan a la boca-, que, a su vez, encadenan con quebrantamientos de condena desesperados… Sin posibilidad de reinserción, sin posibilidad de vivir dignamente... 

Porque esta novela acerca de los miserables, se adentra en el abismo de los sentimientos encontrados, en la sordidez, en la perversidad, en el amor y en la humanidad. 

 Os deseo un profundo y delicado encuentro con lo que de miserables y compasivos existe en todos y cada uno de nosotros. 

¡Sale el sol! 



LO QUE SE HA ESCRITO ACERCA DE LA OBRA 

«Novela, por supuesto, pero también es Historia; historia de los acontecimientos que cambian la faz del mundo, historia social, historia de las mentalidades. Sin olvidar, la dimensión poética, el aliento épico que insufla a la mayoría de sus capítulos. Con ello, el héroe, Jean Valjean, se convierte en una especie de profeta maldito, Cristo redivivo y recrucificado en beneficio de la humanidad, cuyo destino resume.» De la introducción de Alain Verjat.
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