sábado, 12 de mayo de 2012

DIARIO DE INVIERNO de Paul Auster



Hoy os propongo una invitación sobrecogedora. Os propongo vivir junto a los lémures del universo de Paul Auster (Estados Unidos, 1947), en la Colina de los Chopos: paradigma de lo que pudo ser y no fue. Sí, él será un residente "golondrina". Porque en este Cerro del Viento, todo aconteció del mismo modo  que acontece en nuestras propias vidas y, que lo sabemos, a ciencia cierta, si somos capaces de miramos hacia dentro, sin arrumacos de autocomplacencia ni lastimera nostalgia. Entonces lo sabremos, sabremos lo que pudo ser y no fue.

Y de entre todo aquello que si fue, y si es: conocer, aquí y de nuevo, al Paul Auster de "La trilogía de Nueva York" del "País de las últimas cosas" de " La invención de la soledad" del "Leviatán" o el de "La música del azar"... ha sido el mejor y el más egoísta deporte metafísico que he practicado. Si bien, ya desde aquel primer encuentro, lo he seguido con fe ciega, como si fuera el  dador infatigable de un maná que yo anhelaba, sin remedio. Y sin remedio me enamoré de su portentosa imaginación, de su prosa inteligente, de su ritmo original y trepidante, sí; y del mismo modo en que uno se convierte a una religión yo me convertí a Auster.
Fue entonces cuando comencé a unirme a otros muchos devotos del autor, que vagaban por el mundo, entre sus personajes inolvidables. Y vagamos, bien es cierto, vagamos: improvisando, a salto de mata, con la crónica de algún fracaso precoz, sumidos en el vacío de cada instante sucesivo, sin la menor idea de cual es el verdadero norte y reescribiendo el guión que la vida nos echa por tierra, una y otra vez. Pero, al cabo, vagamos.

Así, cuando cavilé acerca de la posibilidad de invitaros a esta aventura legendaria, me decidí por su: "Diario de invierno" (2012), y me decidí porque lo tengo recién cosido a mi alma y porque el parlamento que ha emergido, en la Colina de los Chopos, al atardecer, entre aquellos que fueron y el propio Auster, que aún es, ha desnudado algunos vínculos, ignorados o ya olvidados, de mi propia vida. Y dejándome abrazar por la noche incipiente, entre el susurro de aquellas voces, voces que fueron, perfumadas de romero, retama y jara, he pensado con ellos, con todos ellos:

 “Piensas que nunca te va a pasar, imposible que te suceda a ti, que eres la única persona del mundo a quien jamás ocurrirán esas cosas, y entonces, una por una, empiezan a pasarte todas, igual que le suceden a cualquier otro…”

 Y, así, del mismo modo que ese "cualquier otro”, he dejado que el viento de la tarde, enredado en sus pensamientos, piense por mí… Allí, en el Jardín de los Poetas. Y en ese alborozado y epifánico momento, me he atrincherado en  un silencio obstinado para escuchar a mi verdad golpeante, que no es sólo un recuerdo...

¡Os deseo que vuestro diario de invierno, con vuestra verdad golpeante, contenga el exilio, la pasión y el perfume de aquellos peregrinos, que hicieron camino al andar…!

  
“Y su sonrisa te desarmaba, porque era magnífica en tu opinión, y se te ocurrió que si todos los habitantes del planeta fueran capaces de sonreír como ella, no habría más guerras ni conflictos personales, que la paz y la felicidad reinarían para siempre en la tierra” (Pág, 61)

 “A los cincuenta y siete, me encontraba viejo. Ahora, a los setenta y cuatro, me siento mucho más joven que entonces” (Pág, 35)

“Cuando a una persona le llega el momento de morir, su ser se muda a otra zona de la conciencia, donde es capaz de aceptarla” (Pág, 39 )

 “Por eso te negaste a aficionarte a las drogas, ni siquiera cuando los dionisíacos sesenta bramaban a tu alrededor. Alcohol, sí; tabaco, sí, pero nada de drogas” (Pág, 71) 

“Te gustaría saber quién eres. Con poco o nada para orientarte, das por sentado que eres el producto de vastas migraciones prehistóricas, de conquistas, violaciones y secuestros, que los prolongados y tortuosos cruces de tu horda ancestral se han extendido por muchos territorios y reinos…” (Pág, 125)

 “No podías llorar. Eras incapaz de mostrar tu aflicción de la forma en que suele hacerlo la gente, de modo que tu cuerpo se desmoronó y sintió tu pena por ti” (Pág, 139)

 “Se te humedecen los ojos al ver ciertas películas, te han caído lágrimas en las páginas de muchos libros, has llorado en momentos de inmensa tristeza personal, pero la muerte te desconecta y paraliza, secuestrándote toda emoción, todo cariño, todo contacto con tu propio corazón” (Pág,140)

 “ La inteligencia es una cualidad humana que no admite falsificaciones” (Pág, 211)


lunes, 23 de abril de 2012

INDIA MON AMOUR de Dominique Lapierre



Si el que sabe leer, sabe ya la más difícil de las artes, el que sabe amar, es un dios. Por ello, hoy os invito a regalar: "India mon amour" de Dominique Lapierre ( Francia, 1931). "India mon amour", es el relato del autor, en texto e imágenes, de su historia de amor con la India. Sin duda, en "La Ciudad de la Alegría" , "Esta noche, la libertad" y "Mil soles", hallareis más detalles de esta historia enamorada. 
Os invito, a sumaros al compromiso de solidaridad de Dominique Lapierre, os invito a homenajear a aquellos que afrontan circunstancias inhumanas, y siguen sonriendo. No es, en modo alguno, una invitación a un baño de solidaridad exótica. No. Es una invitación que pretende arrancar una promesa, a nuestro corazón vilipendiado. 

En esta narración descubriremos el autentico sentido de algunas palabras: coraje, amor, dignidad, compasión, fe, esperanza, honor, derechos, deberes, indignación, vida, muerte... Conviviremos con personas que no disponen ni del equivalente a diez céntimos de euro al día, para sobrevivir. Abrazaremos, junto al enfermero Gaston de Calcuta, las cloacas del mundo...
 Comprenderemos la insidiosa maldad, la indefensión y la impunidad, en la majestuosa Bhopal, cantando con las Mushairas... y lloraremos de vergüenza. 
 También pensaremos, dónde nos encontrábamos el 27 de mayo de 2009, cuando el terrible ciclón Aila asolaba este lugar de locura, este pudridero, donde viven los desheredados... 
Y seguiremos respirando, sí. Sin odios y en paz. Porque como decía el poeta: Si la adversidad es grande, el hombre es mayor que la adversidad... 

 ¡Sonreíd, al cabo, somos más grandes que la adversidad! "




"Su madre vende este tesoro miserable para comprar el arroz que impedirá que sus niños se mueran de hambre" ( Pág, 119)

"Un día, otro joven protegido del enfermero Gaston, nos lleva hasta el escenario de sus hazañas cotidianas: el vertedero de Calcuta. Nissar es trapero. Bajo un sol abrasador, entre un hedor inaguantable, este niño de nueve años, que nunca ha ido a la escuela, hurga con las manos desnudas, junto a varias decenas de niños y niñas en los montones de basuras que traen hasta aquí unos camiones amarillos del municipio, con la esperanza de encontrar desechos susceptibles de venderse...(...) Al final del día llevan los cestos a los revendedores instalados en el vertedero, que les compran su mísera cosecha por unas pocas rupias" 
( Pág, 121)

"Con ocasión de mis visitas cotidianas a este infierno, me topo con más coraje, más generosidad, más sonrisas, y finalmente tal vez más felicidad que en nuestro rico Occidente" ( Pág, 122)

"Un día de 1985, una enorme sorpresa india me espera, esta vez, en Nueva York. Los diaros anuncian que la Madre Teresa y un grupo de sus hermanas indias acaban de llegar a Manhattan para abrir un hogar destinado a socorrer y cuidar a los moribundos, sin recursos ni familia, afectados por el sida. Es, pues, la India la que viene a socorrer al rico Occidente...(...) En el vestíbulo hay un gran póster que proclama a los enfermos y a los visitantes la idea que la Madre Teresa tiene de la vida...(...)... 
La vida es una oportunidad, aprovéchala. 
La vida es belleza, admírala. 
La vida es beatitud, saboréala. 
La vida es un sueño, conviértelo en realidad. 
La vida es un desafío, afróntalo..." ( Pág, 194)

miércoles, 18 de abril de 2012

SOLO EN BERLÍN de Hans Fallada


Os invito a tomar tierra, y lo hago con uno de los escritores más destacados de las letras alemanas del pasado siglo XX, cuya obra ha sido por fin recuperada: Hans Fallada( seudónimo de Rudolf Ditzen. Alemania 1893-1947) Fallada escribió:”Solo en Berlín”, en apenas 24 días. La novela se publicó en 1947, unos meses después de su muerte. Murió por una sobredosis de morfina. En aquel tiempo había muertos por doquier, y morían, como consecuencia de distintas sobredosis: principalmente de sobredosis de miedo.Tal y como acontece hoy.Si bien,ahora cerramos el alma y abrimos los ojos ante los noticieros,con absoluta impunidad.

Hans Fallada, no cerró los ojos ni el alma. Existe tal realidad en su novela, que se hace difícil pensar en que pudiera seguir con vida después de relatar, con tal angustia, el terror de la II Guerra Mundial. La Resistencia en Berlín, la resistencia alemana, la Gestapo, el horror, el miedo, la muerte, el hambre y las pérdidas irreparables.
Por eso os invito a tomar tierra, con Hans Fallada. Porque nadie ha conseguido componer un retrato tan real, de la larga pesadilla que supuso el régimen nazi. Y el autor lo hace como protagonista de los hechos, en el Berlín sitiado por el propio régimen. Es un libro escrito con dolorosa fogosidad. Un libro que os atrapará en la paranoia colectiva, sin darnos aliento.

La recuperación de Hans Fallada, es una de las mejores noticias que he recibido en los últimos meses. La novela, supone saber más y mejor acerca de una dolorosa realidad, que se contrapone al mundo virtual y aséptico en el que creemos vivir. En sus páginas, viscerales y escalofriantes, no dejaremos de pensar que, de vez en cuando, a la humanidad le da por matar moscas a cañonazos y, casi de inmediato, también pensaremos que el hombre sigue siendo un lobo para el hombre.
Es una obra excepcional, de la que se han hecho adaptaciones teatrales y cinematográficas. Pero yo os invito a tomar tierra con su lectura. Una lectura ágil, trepidante e hiriente.
¡Benditos aquellos que han rescatado a Hans Fallada de la oscuridad del olvido! Lo han rescatado y tal vez con él, rescatemos, a su vez, nuestra pobre alma desacostumbrada, de los infiernos pretendidamente colectivos.

¡Os deseo que reconozcáis en el dolor, el contrapunto necesario para identificar la felicidad!



He seleccionado la "NOTA DEL AUTOR", porque creo que es suficiente para preguntarnos: ¿ qué ocurrió en realidad?.

"Los sucesos relatados en este libro reflejan a grandes rasgos los expedientes de la Gestapo sobre la actividad ilegal de un matrimonio de trabajadores berlineses durante los años 1940 a 1942. Sólo a grandes rasgos: la novela obedece a leyes propias y no puede atenerse en todo a la realidad. Por ello, el autor ha evitado conocer datos auténticos sobre la vida privada de estas dos personas: tenía que describirlas tal y como se las imaginaba. Son,pues,dos personajes de la fantasía y al igual que el resto de los personajes de esta novela son fruto de la libre imaginación del escritor. A pesar de todo, su autor cree en la verdad interna de lo narrado, aunque algún detalle no responda del todo a hechos reales.
Algunos lectores opinaran que en este libro aparecen demasiado la tortura y la muerte. El autor quiere subrayar que esta obra trata casi exclusivamente de las personas que lucharon contra el régimen de Hitler, de ellas y de sus perseguidores. En el periodo 1940-1942, antes y después, se produjeron numerosas muertes en esos círculos.Casi la tercera parte del libro transcurre en prisiones y manicomios, lugares en los que la muerte era muy habitual. A menudo al autor le hubiera gustado pergeñar un retrato menos sombrío, pero una mayor claridad hubiera entrañado mentir.
Berlín, octubre de 1946.
H.F." ( Pág, 547)

martes, 27 de marzo de 2012

LA MUERTE EN VENECIA de Thomas Mann


Cuando el arte entra en conflicto con la vida, cuando nos inunda la belleza de un lugar, de un recuerdo o de un sentimiento… ¡Hemos de tomar el primer vuelo a Venecia y vivir, allí, la apoteosis de la nostalgia! Hoy, os invito a vivir en Venecia con Thomas Mann (1875-1955), y su obra: “La Muerte en Venecia” publicada en 1912. Os invito a vivir la melancolía que subyace en esa ciudad, de aparentes ilusiones románticas. Os invito, pues, a unos días de tedio y languidez... 
Dejad que los canales os asedien con despojos, con los restos de aquello que pudo ser y no fue… Y que ya nunca será.
Porque en esa apoteosis de la nostalgia concurrirá, de nuevo, el instante en el que buscaremos, con ahínco, la inspiración; la inspiración que dábamos por perdida… y que, finalmente, hallaremos, a pesar de la fatalidad y de lo prohibido. 
La hallaremos con la retina infiltrada por un Visconti, magistral e inevitable. Inevitables, la novela y la película, son nuestro equipaje en este viaje hacia la apoteosis de la nostalgia, un viaje a una Venecia para morir, para morir durante el tiempo del amor. 
Morir, pero morir sabiéndonos eternos por  la confusión del amor y sus caprichos. Caprichos que se alejan de la voluntad, de lo cognitivo y hasta de la moral. Caprichos, que no emprenden el éxodo ni cuando se declaran como epidemia. 
La obra concluye con una glosa convencional, no exenta de ironía, acerca de la consternación que ha suscitado en el mundo, la muerte del artista. Una posteridad que poco sabía de su vida, de su amor, de su drama y del placer de su muerte. No esperéis a la posteridad. Al fin y al cabo nada sabrá de vosotros. Del mismo modo que nada sabía de Gustav von Aschenbach, el intelectual, de reconocido prestigio, que muere enamorado del joven Tadzio, al tiempo que encuentra la inspiración más intima y sublime, la inspiración de la que no dará cuenta al mundo y que él ya creía perdida. 

Os deseo que disfrutéis de la apoteosis de la nostalgia, en Venecia. En la Venecia de Thomas Mann y de Visconti. Os deseo que os dejéis llevar, lánguidamente, por los entresijos de la belleza.

Y, os deseo, que recuperéis la inspiración perdida...




“La novela expone una anécdota en apariencia muy simple. Presenta tan sólo a dos personajes cabalmente caracterizados que despliegan una acción mínima. Los escenarios de dicha acción se reducen, casi, a los espacios de un exclusivo hotel de veraneo veneciano y a la playa contigua a dicho hotel, lugares que se alternan en la rutinaria languidez de una estancia vacacional.
El interés de la obra reside, no obstante, en el drama interior de uno de los personajes, Gustav von Aschenbach, destacado escritor alemán de edad madura que ha llegado a Venecia buscando renovar la inspiración perdida. Ya instalado en el hotel, Aschenbach se interesa en un adolescente polaco de nombre Tadzio, dotado de una belleza extraordinaria, el cual termina convirtiéndose en objeto de silenciosa adoración para el escritor.
Se inicia entonces una minuciosa descripción del trance psicológico de Aschenbach, cuya moralidad convencional comienza a ceder bajo el empuje de una pasión prohibida: el rigor intelectual y la estoica disciplina del escritor se consumen en las brasas del amor y el respetable Aschenbach se va convirtiendo en un ser indulgente a quien el tardío amor trastorna. Sin embargo, los delirios amorosos del artista se mantienen en un plano puramente intelectual, pues el temor al rechazo le impide acercarse físicamente al joven Tadzio.
Paralelos a esta anécdota, algunos cuadros descriptivos de la ciudad de Venecia y de sus habitantes se presentan aquí y allá con trazo expresionista, perfilando los rasgos de un entorno grotesco y decadente que anticipan la fatalidad: la epidemia de cólera que se cierne sigilosamente sobre la ciudad de los canales.
Las autoridades ocultan la existencia de la peste, temerosas del éxodo de los turistas. Sin embargo, los rumores acerca del mal se difunden y los extranjeros comienzan a marcharse. Aschenbach, que ha sabido de la peste tempranamente, renuncia a partir para no privarse de la cercanía de Tadzio, cuya familia parece ignorar por completo lo que está sucediendo.
La salud de Aschenbach decae progresivamente hasta que cierto día, cuando la familia del muchacho se prepara a partir como el resto de los turistas, mientras contempla extasiado a su amado Tadzio en la playa, Aschenbach sufre un desmayo que anticipa su próxima muerte”

“Existe una parte autobiográfica en esta novela, la que Thomas Mann reconoció públicamente, tras su estancia en Venecia en 1911.
La obra fue llevada al cine por Luchino Visconti en su película Muerte en Venecia. Ha inspirado también una ópera homónima de Benjamin Britten, con libreto de Myfanwy Piper. El novelista español Luisgé Martín publicó en el año 2000 La muerte de Tadzio en la que el joven Tadzio de la novela de Mann vuelve, ya mayor, a Venecia a morir y recuerda la admiración que su belleza juvenil produjo en el escritor”

domingo, 26 de febrero de 2012

DUBLINESES de James Joyce


Hoy, es un día tallado en los bajorrelieves de la vida. Imperturbable, puedo cumplir promesas, como harían los corsarios, y hacer "tratos" con los versos de un poeta...
Este día lo he pintado con los veranos de otras latitudes, con los almendros en flor cuando anuncian primaveras, y con la nieve del invierno. Lo he vestido con distintas y distantes ciudades, con ríos caudalosos u olvidados y con mares y cielos amarrados en azul. Lo he adornado con amor, con voces, con risas, con miradas y con sueños.Y siempre, desde que lo recuerdo, ha habido en él un libro. Así que hoy, y haciendo un exceso, os daré dos besos: un por mejilla, y os invitaré a tomar una Guinness en el Temple Bar de Dublín con James Joyce (1882-1941) y “Dublineses”,  que publicó en 1914. ¡Todo un exceso! Lo sé. Pero en este día, a lo largo de mi vida, siempre ha habido excesos. ¿Aceptáis la invitación?¡ Bien, pues a ritmo de pub irlandés os desvelaré uno de mis amores más secretos!


El "exceso" y el "amor secreto" vienen envueltos en una edición de principios del siglo XX, que guardo en mi biblioteca, y que he leído y releído hasta que el deleite era vencido por el sueño. Fue un regalo; sí, un gran regalo. Bueno, en realidad fue un hurto consentido. Un adulto, de mi familia, que amaba los excesos, permitió que tomara prestado de su biblioteca: “Dublineses”, a sabiendas de que jamás regresaría a ella. En aquel tiempo ya era una conocida e irredenta ladrona de libros. Y desde aquel entonces, “Dublineses” se convirtió en uno de mis amores más secretos. ¿Por qué?  Porque me lo prohibían. Tal vez, pero esa respuesta sería demasiado simple, dado que tenía por costumbre sustraer los libros que los mayores se reservaban. Por lo tanto esa hipótesis no es plausible. Simplemente amaba y amo a Joyce. Fue un amor a primera vista que, contra todo pronóstico, ha resistido el paso del tiempo.


La primera vez que leí a James Joyce era una adolescente presuntuosa que intentaba leer lo prohibido, aunque entendiera la mitad de la mitad. Después, con el paso de los años, las lecturas de James Joyce se fueron sosegando, y mi ignorancia se tornó de pedante en humilde. De este modo, Joyce, fue tomando carta de naturaleza y me procuró toda suerte de alegrías y descubrimientos. Como era sabedora de que se trataba de un amor secreto nunca hablaba de él. Nunca lo he regalado. Mi silencio acerca de Joyce me convirtió en sospechosa entre mis amigos más devotos. ¡Pero hoy he hecho un exceso! ¡Hoy, he proclamado su nombre a los cuatro vientos, desde The Oliver St. John Gogarty! Además, “Dublineses”, alguna vez en la vida hay que leerlo en Dublín. Y esa es la otra arista de mi invitación:


¡Id a Dublín y leed y releed “Dublineses”! Después ya nunca volveréis a ser quienes erais. Ya nada será como antes. Es un riesgo que merece la pena correr. Por lo demás, “ser como antes” tal vez ya no os interese.
Es un libro compuesto por quince hermosos relatos, los más perfectos de cuantos se han escrito. Y de entre todos ellos, y entre una y otra pinta de Guinness, deleitaros con: “Una pequeña nube” y “Los muertos”. En éste último descubriréis que se puede morir de amor, y seguir vivo… 


No obstante, para descubrir a “todo Joyce”, os deseo una larga y apasionada vida, compuesta de una plétora de acantilados, música celta, lluvia sobre verde, nieblas y vientos de misterio.


¡Disfrutad del bello paisaje joyceano y sus excesos, en el Temple Bar de la capital de Irlanda!


He seleccionado algunos fragmentos de los relatos, espero que no sean suficientes para colmar vuestra sed de excesos:


Ah, no hay amigos como los viejos amigos –dijo-, (Pág 18)


Pero, según pensé, las aventuras de verdad no tienen nada que ver con la gente que se queda en casa: hay que salir a buscarlas. (Pág 23)


Todos mis sentidos parecían desear esconderse tras un velo y, en el temor a desvanecerse, apreté las palmas de las manos hasta que temblaron, murmurando ¡ Oh, amor! ¡ Oh, amor! una y otra vez. (Pag 36)


Él la llamaba Poppens en broma. Todo comenzó con la simple excitación que para ella representaba contar con un amigo. (Pág 46)


Era una serena noche de verano; el puerto se extendía a sus pies como un espejo oscurecido. Siguieron caminando cogidos del brazo. (Pág 53)


Ella era… Algo estupendo –dijo sentidamente. (Pág 63)


Su esperanza y sus visiones se hicieron tan intrincadas que los almohadones que miraba desaparecieron de su vista, como desapareció de su memoria la razón de su espera. (Pág 83)


Recordó los libros de poesía en los anaqueles de su hogar... (Pág 85)

miércoles, 8 de febrero de 2012

TIERRA DESACOSTUMBRADA de Jhumpa Lahiri

Hoy, que los almendros nos ofrecen sus primeras flores, os invito  a vivir en otra tierra.  Una tierra ajena, distinta y distante de la que nos ha visto nacer. Os invito a que os reinventéis. Porque, ciertamente, el Planeta donde habitamos, por una suerte de causalidades y casualidades, no se nos puede antojar más grande que nuestra propia curiosidad, y que nuestro corazón y sus anhelos.

Os invito a vivir en "Tierra desacostumbrada", que fue designado como Mejor Libro del Año 2008, por The New York Times. Quizás el secreto de este libro esté en que los relatos de Jhumpa Lahiri- su autora- no se detienen meramente en plasmar la experiencia de la inmigración, sino que retratan con gran fidelidad, y sin cortapisas, las vivencias y emociones que nos ocupan y preocupan. De este modo, seremos, con nuestros bártulos a cuestas, “Interpretes de emociones”, en el seno de historias que, con una variada galería de personajes, caracterizados con singular delicadeza y simpatía: hermanos y hermanas, padres e hijos, maridos y mujeres, amigos y amantes, se verán obligados a afrontar momentos fundamentales en sus relaciones, y a navegar en aguas desconocidas. Y así emergerá en nosotros el impulso por reinventarnos.

"Tierra desacostumbrada" reúne ocho cuentos, aunque los tres últimos forman en realidad una pequeña novela, la historia de Hema y Kaushik. El relato arranca en su niñez, sigue en su juventud y acaba reuniéndolos en Roma cuando ella es una experta en el mundo clásico, que investiga la civilización etrusca, y él un fotógrafo de guerra a punto de colgar la cámara. Estas cien páginas constituyen una joya literaria que genera constantes emociones. Su viaje a la ciudad toscana de Volterra, solitaria, herida, magnífica y llena de fantasmas etruscos, es muy difícil de olvidar... 


Os deseo que os reinventéis una y otra vez, de tierra en tierra, de mares a ríos, de valles a montañas, de la opulencia a la pobreza, de la belleza al vacio, de la compañía a la soledad, de los sueños a la realidad, de la bondad a la maldad, del recuerdo al olvido, de la algarabía al silencio, y de la vida a la muerte.

¡Reinventaos! ¡Y sed felices en el desconcierto!

 He seleccionado algunos fragmentos, que espero, asimismo, que os desconcierten.

“ Amit se preguntó al principio si era un asunto romántico, pero no tardó en averiguar que ella tenía aventuras, que él no era más que un amigo. Estaba acostumbrada a verse rodeada de hombres que, como sus hermanos, se mostraban protectores, le eran leales, le hacían la corte sin seducirla. Y había escogido a Amit para que desempeñara ese papel en la Universidad” ( Pág, 112)

“…estaba paralizado de nostalgia” ( Pág, 110)

“… y cayó en la cuenta de que llevaba un buen rato muerto de sed en sueños” ( Pág, 130)

“ No era feliz ni infeliz, y la ausencia de emoción en un extremo u otro era lo que más afectaba a Sudha” ( Pág,150)

“… se mostraba más dispuesto a aceptar las pequeñas derrotas de la vida” ( Pág, 294)

“Ahora se encontraba libre de ambos, libre de su pasado y libre de su futuro en el lugar donde tantas épocas diferentes estaban codo con codo cual invitados a una fiesta concurrida” ( Pág, 313)

“Por primera vez se durmieron sin hacer el amor, no porque flaquease el deseo sino porque la familiaridad era mayor” ( Pág, 332)

“…la única mujer a la que deseaba seguir vinculado. No quería dejar librada al azar la posibilidad de encontrarla de nuevo, no quería compartirla con otro hombre… Sin ella estaba perdido” ( Pág, 341)

lunes, 9 de enero de 2012

VERANO Y AMOR de Willian Trevor



Hoy os invito a vivir Irlanda. Siempre es un desafío apasionante dejarse caer, de repente, en cualquier lugar del mundo; especialmente cuando ese lugar no te espera, y tú no esperas demasiado de él. Fue entonces cuando encontré: "Verano y Amor" de William Trevor ( Irlanda, 1928); después Irlanda me engulló a través de la prosa inteligente y tangible de Trevor. Desde aquel tiempo me convertí en una adicta a las brumas y a los pubs. Una devota de la tierra verde, con olor a beicon, trabajo y crepúsculos matutinos. Un universo que, estando tan alejado de mis azules y de mis desiertos, me caló hasta los huesos.


Os invito a vivir una realidad plena; alejada de esa otra realidad, de segunda mano, con la que nos anuncian sosiegos y alegrías de artificio.
Sin duda os preguntareis por otro irlandés: James Joyce; pues bien, con ser excelso, y lo es, para sentir Irlanda prefiero la prosa sobria y luminosa de William Trevor.


"En "Verano y Amor", Trevor construye una "obra de arte perfecta" en donde retrata, con precisión fotográfica, los detalles más reveladores de la vida cotidiana de sus personajes". Sin embargo, con esos personajes, indefectiblemente ligados al entorno y al momento histórico que les ha tocado vivir, Trevor, traspasa el alma humana como un adivino. La cordura, la pasión, la orfandad, el trabajo, la moral, la tragedia, la locura, la soledad, la culpabilidad, la intuición, la muerte y el amor; se deslizan por la vida con pasos de ballet, y viajan por el alma, en bicicleta, sin más ruido que el del corazón.

¡Disfrutad de un verano de amor, en Irlanda!



" Ningún hombre podía evitar verse atrapado en medio de una guerra..." (Pág, 82)


" Pasaría el tiempo y un día parecería que aquello no había sucedido. Contrita, admitiría sus errores... El tiempo no podía sino transcurrir, y cada minuto sería curativo." (Pág, 103)


"En la cocina silenciosa pensó fríamente que la tragedia del hombre que la había acogido en su casa era mucho más terrible que el rechazo del amor. Fue como una claridad en la confusión, y tuvo una certeza: era demasiado tarde"( Pág, 204)


"-Te habría arruinado la vida -le dijo Florian-. Sin querer, pero te la habría arruinado. - Él lo sabía, del modo inexplicable en que a veces se sabían las cosas-. La gente se va para estar sola -agregó- . Algunas personas tenían que estar solas-. No es gran cosa como despedida -reconoció..."
 ( Pág, 212)
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