martes, 21 de enero de 2014

PASIONES ROMANAS de María de la Pau Janer



A todos aquellos que hemos tenido la fortuna de buscar en Roma a Roma y no hallarla, nos ha acompañado, como decía Quevedo, la Roma sepultada en sus ruinas. Y es que, Roma, es una ciudad que te quiere, te acaricia, el lugar donde deseas quedarte para siempre. 
A otras ciudades, en cambio, hay que quererlas de antemano, para que ellas apenas te esbocen una sonrisa, y lo del : "quedarte para siempre", se diluye con excusas poco declarables. 

Roma, por el contrario, es directa, como el amor con mayúsculas. Te abraza, sin reservas. Vivir en Roma, disfrutando de sus plazas, de sus calles, de su cielo, del ingenio de sus gentes tejido por los siglos, te convierte en una persona capaz de elaborar un olvido con memoria. 

De entre los autores que la han loado, Janer es la que coincidió con mi tiempo en Roma. Sus "Pasiones Romanas" fueron las mías. Siempre hay un libro que se eleva por encima de los otros y queda ligado a un lugar. Éste, además, estableció una estrecha complicidad con mis secretos. 

He tardado en invitaros a esta novela, porque deseaba hacerlo en un momento de esos que tienen un no sé qué, sin ilación lógica. En un momento a las afueras de la atonía. No en un momento medidor de tiempo. Porque hay momentos que construyen reencuentros, en la brevedad de nuestras frágiles vidas. Momentos que por mérito propio nos pertenecen. ¡Y helo aquí, todo vuestro! 

 Hoy os invito al vértigo de los momentos irreflexivos que no esperamos, porque ya no ocupan un lugar corpóreo en nosotros, pero que de repente, como por arte de magia, aparecen y conforman todas las posibles conjugaciones de los verbos y se funden en una algarabía de pasados, presentes y futuros. 

Os invito a depositar en El Pasquino, vuestros maltrechos deseos, aquello que un día os arrebató el destino. El Pasquino guarda las palabras. Está repleto de papeles escritos, que liberan secretos que duelen. Cuando ya esté emborronada vuestra tinta por la intemperie, habrá amainado el dolor.

 ¡Sacad todos los miedos y dejad que El Pasquino decida el tiempo del olvido! 

Después, dejaos acariciar por el sol del Trastevere, por el aroma no sacro del Campo dei Fiori, por la delirante Piazza Navona, perdeos por los crepúsculos, pulular por las calles, y sentir que doblan por vosotros todas las campanas...

 ¡E irremediablemente Roma será vuestra pasión! 




Acerca del argumento:

 "En lugar de subir al avión que debe llevarlo de vuelta a su hogar, un hombre decide en el último momento desafiar al destino y emprender una travesía muy diferente. ¿Podrá recuperar en Roma a la mujer que dejó marchar años atrás? Ignacio no puede saber cuánto queda en Dana de la pasión que los arrebató y se truncó tan injustamente, pero prefiere el vértigo de esta decisión irreflexiva a la atonía en la que ha entrado su vida. Con esta inolvidable historia sobre la fascinación y el infortunio del amor, sobre los golpes ocultos del destino, Maria de la Pau Janer nos ofrece una magnífica novela, llena de sensualidad, de emociones y de personajes que alcanzan nuestra fibra más íntima"
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